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22 de enero de 2025

El futuro de la IA en España pasa por una estrategia más sostenible

España está invirtiendo 1.500 millones de euros en inteligencia artificial, pero ¿es realmente la mejor estrategia? Con una apuesta firme por la energía solar, el país podría atraer grandes empresas tecnológicas ofreciendo energía limpia y barata, convirtiéndose en un referente en sostenibilidad e innovación.

Recientemente, el Gobierno de España ha anunciado ALIA, un modelo de inteligencia artificial desarrollado con una inversión de 10 millones de euros, enmarcado dentro de la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial, que cuenta con un presupuesto total de 1.500 millones de euros.

Cuando leí esto, no pude evitar preguntarme, ¿de verdad se están priorizando bien las inversiones? Por qué si algo tiene España, es sol, y mucho. ¿Por qué no aprovecharlo al máximo en lugar de intentar competir en un campo donde ya estamos años luz de países como EE.UU. o China?

De hecho, esta misma semana OpenAI ha anunciado el Proyecto Stargate, una empresa que planea invertir 500.000 millones de dólares en los próximos cuatro años para construir infraestructura de IA en EE.UU. De esa cantidad, ya han desplegado 100.000 millones. Comparado con los 1.500 millones de toda la estrategia española de IA, es simplemente irrisorio.

¿Energía solar o inteligencia artificial?

Si hay algo que tenemos de sobra en España es sol. Recibimos entre 2.500 y 3.000 horas de sol al año, lo que nos convierte en el país con más irradiación solar de la Unión Europea. Con este potencial, podríamos estar liderando la energía fotovoltaica en Europa, pero en lugar de eso, seguimos dependiendo de ayudas dispersas y de una burocracia interminable que hace que instalar paneles solares sea una odisea.

Por otro lado, está la inteligencia artificial, un sector que suena muy futurista y atractivo, pero siendo realistas, estamos compitiendo con gigantes como EE.UU. y China, que invierten cifras astronómicas y cuentan con un ecosistema tecnológico más desarrollado. Entonces, ¿no sería más inteligente centrar nuestros esfuerzos en algo donde realmente tengamos ventaja?

Al final del día, no se trata de enfrentar la energía solar contra la inteligencia artificial, sino de entender que una complementa a otra perfectamente.

Dos tecnologías aliadas

La Inteligencia Artificial requiere enormes cantidades de energía para funcionar, especialmente en los centros de datos donde se procesan los modelos más avanzados. Si España logra desarrollar energía solar barata y abundante, podría instalar centros de datos aquí, ya que tendrían acceso a electricidad más económica y limpia que otros países.

Además, una energía más barata y sostenible ayudaría a reducir los costes operativos de cualquier industria digital, convirtiendo a España en un destino más competitivo y atractivo para tecnológicas que buscan sostenibilidad y eficiencia.

¿Y si esos 1.500 MEUR de IA fueran a la Energía Solar?

Si en lugar de gastar todo ese dinero en IA lo invirtiéramos en Energía Solar, se podrían conseguir cosas muy impresionantes:

• Se podrían instalar hasta 2,14 GW de energía solar, lo que equivale a unos 5,35 millones de placas solares de 400 W cada una.

• Con esa energía se podría dar electricidad limpia a aproximadamente 1 millón de hogares, reduciendo así la dependencia del gas y el petróleo.

• Estaríamos evitando la emisión de 2,5 millones de toneladas de CO₂ al año.

• Se generarían entre 8.500 y 15.000 empleos verdes, sobre todo en zonas rurales, que es donde más se necesita.

• Con más energía solar, podemos pagar mucho menos por la luz y seríamos menos vulnerables a las subidas de precios.

Lo que realmente tiene sentido

Apostar por la energía solar tiene sentido porque sus beneficios se podrían ver de inmediato. A diferencia de la IA, que requiere años de inversión y desarrollo, la energía solar es una solución tangible y comprobada. Con una infraestructura adecuada, podríamos posicionarnos como líderes en Europa exportando energía limpia a otros países que carecen de recursos solares tan abundantes como los nuestros. Esto nos permitiría reducir la dependencia a combustibles fósiles, evitando la volatilidad de los precios internacionales, aumentando la autosuficiencia energética.

Además, invertir en energía solar también atraería a las tecnológicas que buscan fuentes de energía limpias y asequibles para alimentar centros de datos. Actualmente, los altos costes energéticos pueden ser una barrera para que esta industria se instale en España, pero una apuesta decidida puede convertirnos en un destino ideal.

Por otro lado, apostar por la IA sin una fuente de energía sostenible es una estrategia arriesgada. Competimos con potencias que cuentan con una infraestructura y talento especializado mucho más desarrollados. Además, los altos costes derivados de la dependencia de combustibles fósiles hacen que mantener grandes centros de IA en España sea inútil. Sin infraestructura energética adecuada, es imposible competir de igual a igual en una industria tan exigente.

¿Un Plan Estatal de Energía Solar?

Si queremos ser inteligentes de verdad, necesitamos dejar de depender de la iniciativa privada y burocracias imposibles. Lo que hace realmente falta es un Plan Estatal de Energía Solar, que incluya infraestructuras públicas de generación solar para garantizar precios bajos y un suministro seguro.

También resultaría muy interesante impulsar la exportación de energía a Europa, utilizando la posición geográfica de España como una ventaja competitiva. Menos burocracia y más acción es lo que necesitamos para no seguir perdiendo el tiempo.

Redirigir una estrategia equivocada

El Gobierno de España está priorizando la creación de una (o varias) inteligencias artificiales propias, pero esta no es la mejor inversión pública que se puede hacer. En lugar de intentar competir en un sector donde partimos con una clara desventaja, deberíamos centrarnos en potenciar las fortalezas. La mejor forma de invertir en IA no es desarrollando nuevos modelos locales, sino garantizando que podemos alimentar los modelos ya existentes y que la industria se instale en España.

Invertir en energía solar de forma estratégica nos permitiría ofrecer electricidad limpia y barata, que no solo haría de España un destino perfecto para la industria tecnológica, sino que también generaría puestos de trabajo, ganaríamos soberanía energética, y garantizaríamos un precio asequible de la luz para todos.

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